En nuestra casa de campo...las neuronas no funcionan

Los cuatro amigos nos fuimos a la casa de campo que tenemos alquilada a un viejo gruñón…cada uno tenia que dedicarse a sus cosas, Guido al jardín y la pequeña piscina que esta llena de hojas caídas este invierno pasado, Isa y Merche misión compras de comestibles y luego guisarlos…por ultimo yo estaría pensando algo para llenar el blog, y al mismo tiempo hacer la contabilidad de todos los gatos que tenemos…gastos que con la crisis parece que se hayan duplicado…

Estoy pensando en todas esas cosas y creo que de vez en cuando, el grifo se cierra, parece como si uno tuviera la cabeza llena de aire…escribo una línea y la borro al momento, vuelvo a empezar y lo mismo, a borrarlo todo… ya no fumaba pero decido encender un cigarrillo y pienso.

--¿En que cigarrillo aparecerá una idea? ¿En el decimoquinto, en el vigésimo quinto?
--Hace tres horas que estoy buscando un gancho para colgar unas cuantas palabras en el blog.
De vez en cuando me parece haberlas encontrado, pero solo están un rato escritas y después las quito volando.

--Entra mi amiga Isabel con otro café
--Pienso que quizás dentro de una taza de café también puede aparecer una idea; pero, ¿en que taza? ¿En la cuarta? ¿En la séptima…?
Isabel me mira
--No consigo hacer nada –le explico… Ella muchas veces me da ideas fenomenales, pero hace algún tiempo que esta en Babia (estará en su otro mundo)

--Ahora bébete el café y después encontraras lo que deseas—me dijo dulcemente Isa
Se sienta detrás de mi y se queda mirando en silencio.
Bebo el café, pero la idea tampoco esta en esa taza

--Prueba con este - - me dice, ofreciéndome un caramelo-- es de limón

Mastico el caramelo de limón, pero tampoco esta ahí la idea esperada.
Isabel se va y vuelve con nuestra común amiga Meche

--¿No lo consigues? –me preguntan --
¡¡No!!,--les digo pensativo…

Creo que estos días pasados me he trastocado un poco con el mundo secreto de Isa.

--Seguro que estas débil, eso es todo - - me dice Merche.
--Bajaron las dos, y después subieron de nuevo. Venia también Guido...traían comida y bebida; comí y bebí, pero no me apareció ninguna idea.

--Ahora los tres me miran en silencio; y es Merche la que dice:
--Vamos a ver. En algunos casos, basta, simplemente, con sugerir una idea, y de esa idea nace una inspiración ¿Por qué no intentas escribir una aventura?

--¿Escribir una aventura?, es buena idea. Pero es necesario, además, hallar una idea para la aventura

--Merche esta pensativa, y rápidamente, dice: Ya esta…por fin…Una vez leí una cosa muy bonita…

--Le dije - - Si ya la has leído, es que ya alguien la escribió. Por tanto es inútil que ahora yo la vuelva a escribir.

--Es verdad, dice Merche…tienes razón, pero no hay que desanimarse, tú piensa por tu cuenta; y nosotros también pensaremos.
--Se retiran los tres a la habitación contigua y discuten un buen rato en voz baja.

--Ya esta—dicen a dúo Merche e Isabel, entrando los tres en la habitación. Tienes que escribir una historia de dos…

--Tres—rectifica Guido--, también esta el del automóvil.
--Ya – asiente Merche--, Me parece que la idea es buena. Son tres que van a llevar a cabo un viaje…

--Dos - - rectifica Isa, que como siempre esta en su mundo--, Uno se queda en casa, porque espera una llamada telefónica.

--¡Si! - - eso es, exclama Merche—Son tres pero van dos, porque uno de ellos espera una llamada.
--Un momento—les digo-- ¿Quiénes son esos tres?
--Tres amigos – explica Merche --, Tres jóvenes

--¡No! exclamo Isa…primero eran tres jóvenes, pero después nos pusimos de acuerdo en que eran dos chicos y una chica

Para cortar un poco la discusión les anime para ir al pueblo a comer una pizzas, y que mañana ya expondríamos lo que hubiésemos pensado cada uno por la noche