jueves, 1 de octubre de 2009

El recepcionista nocturno


Haciendo ruta por el norte de la península, a las tres de la madrugada llego a un hotel de carretera, me apeo del coche y me dirijo a puerta…esta cerrada, llamo y nada de nada, segunda llamada y a los diez minutos mas o menos, aparece surgiendo de las tinieblas, un individuo al que por sus ojos desmesuradamente abiertos y por su infinito estupor puedo identificar como recepcionista y vigilante nocturno

…¿tiene uste habitación?—pregunto yo
…¿de una o de dos camas?
… Una gran cama, si puede ser
…Nada,… no hay nada

Luego, después de un silencio, como si me hubiesen dado un mazazo, me dice:
…¡¡Nada de nada!! ¡¡Ni de una cama ni de dos!!
¿Por qué, entonces, me pregunto por el tipo de habitación?
…Pura curiosidad de vigilante nocturno
…¿De veras?, ¿No tiene usted realmente nada?
Una vacilación en el recepcionista, y mira por primera vez un papel que tiene encima del mostrador
…¡¡Ah!! Tendría algo, pero…
…Pero ¿Que?
…¡¡Ah, pero con cuarto de baño!!—me dice muy serio—
…¿Y que?
…Pues que, a la hora que es, esto le costara muy caro

Sin embargo, una vez ya en la habitación me examine a mi mismo en el espejo para ver si en mi apariencia exterior había algo que pudiera dar a entender a los vigilantes nocturnos que yo era un hombre que no utilizaba los cuartos de baño. Evidentemente, no estaba muy fresco, mas bien molido y súper agotado de tanto conducir.
Pero, aun siendo así, no acabe de comprender a ese fulano

2 comentarios:

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Nos encontramos cada tipo en nuestras vidas... Aunque, ¿no seremos nosotros unos tipos para los demás?

mujeresdesincuentay dijo...

Hay cada uno ..... que mejor perder que encontrar.
Saludito
Cris // mujeresdesincuentay