martes, 18 de diciembre de 2012
Fantasmas y más Fantasmas
Creo que otra vez hemos vuelto a la época de los FANTASMAS…La mayor parte de ellos están en los Gobiernos Autonómicos que tienen en nomina a una barbaridad de gente ocupada haciendo el fantasma… Tú vas y preguntas, nadie sabe nada, hasta que sale uno haciendo Yu-Yu que a oído algo sobre el tema a tratar
Cada ciudad, cada pueblo grande o pequeñito, tienen su Gran Fantasma y otros fantasmitas (los Yu-Yus) que también chupan y espantan dando vueltas alrededor del Gran Fantasma.
Son burros bien alimentados que escriben pliegos de tonterías sin ton, ni son. Nos guste o no, esta es la clase de época en la que vivimos.
Si tomamos como ejemplo, la relación que existe entre marido y mujer,…Se han dicho un millar de veces “te amo”, y todos sabemos que nunca se han dicho la verdad, verdad. Si este matrimonio que ha estado casado unos cuarenta años y han sabido mantener con tanto éxito, el secreto de sus pensamientos más íntimos. ¿Cómo demonios podemos pensar que los fantasmas no digan realmente lo que ni ellos saben?
En realidad lo que os cuento es una verdad inimaginable a simple vista de lectura, pero no por eso vosotros ahora me conocéis más que antes. Lo que tenéis que hacer es felicitarme abiertamente, porque no tenéis ni la menor idea de lo que esta pasando en mi interior.
Fantasmas a GoGo si los hay…
jueves, 13 de diciembre de 2012
El Pavo Navideño
Apropósito de que entramos en Navidades…
Os contare unas Navidades de hará ya tres años y que los amigos y amigas nos fuimos a pasar estas fiestas en una pensión baratita de alta montaña y así también poder esquiar en unas pistas mas bien lejanas de la pensión, pero se estaba bien y calentitos que era lo mas interesante.
Al segundo día de estar allí ya era Navidad y esperábamos ansiosos el momento de clavar los dientes al pavo enorme y jugoso que todas esas pensiones servían el día de Navidad.
La vida allí era maravillosa. Estaba nevando en la calle y teníamos habitaciones calentitas…lo que era mas importante, lo estábamos pasando de alucine.
La pensión se trataba de una casa antigua y el comedor se encontraba en la planta baja. Lo que podríamos llamar salón comedor tenia tres mesas de ocho personas cada una, y había otra mesa en un rico apartado a la que fuimos relegados. Por lo visto, la patrona no aprobaba la mezcla de tercera edad con la juventud. A nosotros, sin embargo, nos tenía sin cuidado. Nuestro tema era: ¡Que nos traigan el pavo y que se fuera al infierno la mezcla de invitados!
Aquella noche el marido, un torpe de aspecto apaleado, entro como una aparición triunfal trayendo el pavo de Navidad. Se veía bien guisado, de un aspecto dorado, tierno y suculento. Todos los clientes fijos de cada año se fueron sirviendo de una porción de ave a medida que iban pasando la fuente. Los mejores trozos desaparecieron rápidamente. Después de que los fijos fueron servidos, la fuente, en lugar de desplazarse hacia nuestra mesa, fue llevada de nuevo a la cocina. Y nuestros platos desnudos como un campamento de nudistas…nos quedamos atónitos.
Empezamos a estar inquietos, pero Juan nos dijo: No os preocupéis chicos. Tened paciencia. De ese pavo ya no quedaba casi nada. Dentro de un minuto nos traerán uno para nosotros recién hecho.
A los pocos minutos, apareció otro fulano de la cocina y se encamino hacia la mesa de los separados, o sea la nuestra. Llevaba una gran fuente cubierta y, cuando la destapo sobre nuestra mesa, vimos que allí había una gigantesca caballa.
Nos levantamos muy cabreados y nos fuimos del comedor sin tocar el pescado. Nos fuimos de copeo nocturno y empezó a entrarnos el hambre. Decidimos volver a la pensión y mientras todos dormían nos metimos en la cocina y saqueamos la nevera. Con gran sorpresa por nuestra parte, encontramos medio pavo frió. Nos lo zampamos rápidamente con huesos incluidos. También descubrimos la caballa que seguramente la guardaban para dárnosla al día siguiente otra vez. Con rapidez trasladamos el pescado a la fuente del pavo que ahora estaba vacía e insertamos una nota en la boca. Decía simplemente: “La mano negra “.
A la mañana siguiente muy temprano ya nos despedimos y nadie nos dijo nada al marchar.
Donde las dan... las toman
sábado, 8 de diciembre de 2012
El Bicarbonato Sodico
Un par de semanas después la horrendas comidas
Los cuatro amigos estábamos aun enfermos de las pasadas comidas…Estamos de cachondeo, pero hacia tiempo, años quizás, que nunca nos habíamos encontrado tan mal del estomago.
Jorge acariciándose el estomago, se vanaglorio diciendo: No he estado ni un solo día enfermo en mi vida.
¡Bueno ¡… les dije, ¿ahora como nos las apañamos? ¿Tenéis alguna formula secreta?
Si…admitió Jorge, Supongo que se puede decir que es una formula secreta…Como siempre estábamos de cachondeo… Os diré lo que no dijo Jorge, pero tenéis que guardarlo en la mollera.
¡Muy bien asentimos¡ pero si no sabemos donde esta la mollera, ¿Dónde vamos a guardarlo? ¿Estáis de acuerdo? … de acuerdo…respondimos
Bueno, pues, tan pronto como terminemos de comer …nos dijo en tono confidencial…,prescindiendo de si nos encontramos bien o no, nos tomaremos dos cucharadas grandes de bicarbonato sódico. Yo una vez que lo hago, me siento siempre como nuevo.
Pasó el tiempo y no supimos nada más de Jorge…Hasta que un día nos enteramos de que su padre había muerto de cálculos renales por ingerir demasiado bicarbonato sódico. Dejando una herencia a su hijo Jorge de doscientos mil €. Esperamos que Jorge haya tenido la sensatez de frecuentar mejores restaurantes.
En fin, que…son cosas que pasan
jueves, 29 de noviembre de 2012
La Comida y las Hermanas
Chicos.- empecé diciendo… los cuatro estamos decididos en admitir que somos alegres y sanos y que amamos la vida. ¿No es así?
Y los cuatro asentimos con un fuerte ¡¡SI!!
Bueno, pues, he tenido una idea fabulosa. Si la ponemos en practica, nuestros tres últimos días que nos restan por estar aquí. Pues…Escuchad con atención. Todos hemos visto y evitado a las dos hijas de la cocinera (Rosario y Pepita), por que no nos atraen ni un ápice. No obstante, uno o dos de nosotros tenemos que tenemos que pasar una noche con Pepita o con Rosario, y tendrá que decirle que esta loco enamorado por ella y que lo único que les puede separar es el menú mexicano que nos da su madre cada día.
El afortunado o afortunados tendrán apañárselas para hacer que una de ellas o a las dos convenzan a su madre para que nos haga comida española durante el resto de los tres días que faltan.
Enfermos como estábamos a consecuencia de comida, la idea de un escarceo amoroso con las hermanas nos puso todavía más enfermos.
Les dije: Ahora amigos como ya sabemos de que después de conocer a las hermanas, seria difícil buscar entre nosotros voluntarios…Ya que no veo a nadie que alce la mano. Pero como somos hombres de honor, sugiero que juguemos a la paja mas corta, y así algunos tendrán el placer de pasar una noche con los monstruos.
Después de las muchas quejas y palabrotas que ahora mismo no voy a detallar, por respeto a l@s lectores del blog…Rápidamente prepare los cuatro palillos, rezando en silencio que no fuera yo uno de los elegidos.
Ni yo, ni Juan, ni Luis, ni Jorge quisimos indicar cuales fueron los desgraciadamente afortunados con los palillos del flirteo para entablar y llegar a una feliz noche con las jovencitas.
Cuando el jueves por la mañana nos sentamos en la mesa para desayunar, y mientras mirábamos con la boca cerrada una gran fuente de tamales, los que perdieron jugando a las pajas mas cortas empezaron su campaña de conquistar a la mexicana, poniendo ojos de cordero y en lanzarles miradas de amor.
Si digo que las chicas se sintieron sorprendidas y aduladas seria decir poco. En una pensión que hay escasos diez hombres, aquella era la primera vez que algunos las habían mirado sin dar muestras de nauseas. Las chicas empezaron a mirarlos con ojos de perro perdiguero y a sonreír les mostrando sus dientes completamente retorcidos.
Aquella misma noche una de ellas se insinuó a Juan (no quería mencionar su nombre) mientras estaban tumbados en el jardín, ella le dijo que si deseaba algo no tenia mas que pedirlo. Pero antes… quisiera verme arrullada en brazos de tan bello joven.
Aunque Juan quedo apabullado ante tamaña sugerencia, no sentía un cobarde. Escucha Pepita mía, rosa de México…"dijo el"…, esta misma noche, mas tarde tendrás todo que quieras de mi.
No sabíamos lo que paso pero al día siguiente por la mañana amaneció un día radiante al igual que Pepita y Rosario. Y llegaba desde el comedor un olorcito de huevos con jamón delicioso.
Nadie sabe aun quien fue el otro compañero que se encargo de enamorar a Rosario y pasarse una noche de amor. Pero para almorzar, tuvimos pollo asado y pasteles. Aquella noche tuvimos para cenar una gran bandeja repleta de chuletas, patatas bravas y sandia fresca con helado.
Aunque todos preguntábamos por el segundo mártir nadie soltó prenda, y así poder saber lo que había ocurrido la noche anterior…los amigos dieron lo que tenían y ahora se limitaban a sonrreir.
Tan pronto como hubo consumido la última cucharada de helado Juan, ignorando las miradas insinuantes de Pepita y sus agresivas provocaciones, salió disparado del comedor y se fue corriendo a los lavabos.
Los amigos con los estómagos liberados de aquella dieta mexicana dimos ánimos al amigo Juan y palmaditas de cariño en la espalda por su buen comportamiento para que siguiese con el tema de la Pepis.
De los lavabos salimos corriendo a dar mil vueltas por el pueblo y festejar lo bien que habíamos comido gracias a Pepita. Y después de las mil vueltas regresamos a la posada y allí estaban Pepita y Rosario. Creo yo que las vis muy ansiosas de pasar una nueva noche éxtasis. Estaban sentadas ante la puerta principal, oliendo una rosa y esperando a sus amados.
Pero Juan estaba muy alerta a los movimientos de su gárgola particular que estaba allí sentada, se deslizo rápidamente por la parte posterior de posada , se encaramo a una ventana que estaba abierta , corrió hacia nuestra habitación y cerro la puerta con sumo cuidado . Los demás tuvimos, para poder entrar, de que no era Pepita.
Pasamos aquella noche bien y con mucha tranquilidad…sábado por la mañana, nuestro último día, viene a continuación (siempre después de un viernes). Los cuatro nos chupábamos los dedos pensando en las tres comidas que nos esperaban. Nos vestimos rápidamente y bajamos a desayunar.
Solo nos dimos cuenta de que ninguna furia de los infiernoooos era parecida a la furiaaa de una mujer desdeñada. Cuando aparecieron Pepita y Rosario y pusieron encima de la mesa una fuente enorme de tamales... Para almorzar los frijoles. Y ya se lo que pensáis, y estáis en lo cierto. Cena chile con carne y café mexicano.
El otro amigo de la paja corta que no conocíamos y lamento decirlo…Era Yo
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Algo del pasado verano
Hace días que no cuento nada, pero en vista de que hoy 14 noviembre 2012 es día de huelga general, y yo me aburro un montón, pues me decido a contaros algunas peripecias.
El verano de este 2012 salimos del pueblo donde estábamos instalados para irnos a buscar un poco diversión en otro lugar más apartado, pero sin dejar de ser otro pueblo costero. Además de los cuatro amigos en la pensión que nos instalamos había otros seis turistas más, tres alemanes y otro de nacionalidad peruana, y también una pareja de chicas mexicanas.
Siempre hemos pensado que las chicas constituyen un invariable bombón irresistible. Bueno pues aquellas dos chicas se llamaban Rosario y Pepita, eran desgraciadamente como dos perros. Sus encantos exteriores comprendían una serie de dientes torcidos, un busto oblicuo y unas narices como mapas en relieve de mismísimo Alpes.
A pesar de todo éramos hombres, siempre al acecho y no con muchas exigencias, las dos eran un desafío para nosotros.
Cuando nos metimos en la pensión, no teníamos ni idea de que la cocinera procedía de más allá de Rio Grande. Por esto a la mañana siguiente, al descubrir que el desayuno se componía de unas cosas llamadas tamales calientes y café mexicano. Se trata de un café que no se puede describir en pocas palabras. Se trataba de algo que no podías beber… tuve que mascarlo con fuerza antes de tragarlo.
Los tamales nos parecieron un sustituto de los huevos. Y ciertamente tampoco estábamos acostumbrados a tomar frijoles para almorzar. Sin embargo, aquella noche, cuando la patrona nos sirvió su pieza de resistencia, chile caliente con carne, nos dimos cuenta de que, a pesar de que no estábamos en México, nuestros estómagos se encontraban orientados en aquella dirección.
Aquellas tres comidas no nos sentaron demasiado bien, y pasamos la mayor parte de la noche gruñendo, agitándonos y dando vueltas en la cama. Las comidas del martes y el miércoles no difirió en absoluto se la del lunes. No vario ni un solo gramo de chile. El miércoles por la noche habíamos comido tanta cantidad de aquella bazofia sazonada con pimienta, que la mayor parte de nuestro tiempo entre las comidas solo lo ocupábamos en consumir frecuente dosis de agua, en un vano esfuerzo para apagar los fuegos que abrasaban nuestros estómagos.
Después de tomar nueve comidas mexicanas durante tres días, nos dimos cuenta de que el agua en cantidades anormales no era la solución a nuestro problema, lo interesante hubiese sido una manguera.
Próximamente ya contare nuestro acercamiento a las chicas mexicanas… Hasta pronto Amigos
El verano de este 2012 salimos del pueblo donde estábamos instalados para irnos a buscar un poco diversión en otro lugar más apartado, pero sin dejar de ser otro pueblo costero. Además de los cuatro amigos en la pensión que nos instalamos había otros seis turistas más, tres alemanes y otro de nacionalidad peruana, y también una pareja de chicas mexicanas.
Siempre hemos pensado que las chicas constituyen un invariable bombón irresistible. Bueno pues aquellas dos chicas se llamaban Rosario y Pepita, eran desgraciadamente como dos perros. Sus encantos exteriores comprendían una serie de dientes torcidos, un busto oblicuo y unas narices como mapas en relieve de mismísimo Alpes.
A pesar de todo éramos hombres, siempre al acecho y no con muchas exigencias, las dos eran un desafío para nosotros.
Cuando nos metimos en la pensión, no teníamos ni idea de que la cocinera procedía de más allá de Rio Grande. Por esto a la mañana siguiente, al descubrir que el desayuno se componía de unas cosas llamadas tamales calientes y café mexicano. Se trata de un café que no se puede describir en pocas palabras. Se trataba de algo que no podías beber… tuve que mascarlo con fuerza antes de tragarlo.
Los tamales nos parecieron un sustituto de los huevos. Y ciertamente tampoco estábamos acostumbrados a tomar frijoles para almorzar. Sin embargo, aquella noche, cuando la patrona nos sirvió su pieza de resistencia, chile caliente con carne, nos dimos cuenta de que, a pesar de que no estábamos en México, nuestros estómagos se encontraban orientados en aquella dirección.
Aquellas tres comidas no nos sentaron demasiado bien, y pasamos la mayor parte de la noche gruñendo, agitándonos y dando vueltas en la cama. Las comidas del martes y el miércoles no difirió en absoluto se la del lunes. No vario ni un solo gramo de chile. El miércoles por la noche habíamos comido tanta cantidad de aquella bazofia sazonada con pimienta, que la mayor parte de nuestro tiempo entre las comidas solo lo ocupábamos en consumir frecuente dosis de agua, en un vano esfuerzo para apagar los fuegos que abrasaban nuestros estómagos.
Después de tomar nueve comidas mexicanas durante tres días, nos dimos cuenta de que el agua en cantidades anormales no era la solución a nuestro problema, lo interesante hubiese sido una manguera.
Próximamente ya contare nuestro acercamiento a las chicas mexicanas… Hasta pronto Amigos
jueves, 25 de octubre de 2012
Libros...
Cuando abro las tapas de un libro y llego a cerrarlo estoy exhausto. Me digo a mi mismo que disfruto más de una buena cena para luego ver una buena película en pantuflas.
Este pasado verano tenia el mismo libro de cada año, que ya lo estoy arrastrando desde hace cuatro años con el propósito de terminarlo y regalarlo al primero que me caiga mal, para que se amargue cuatro veranos leyendo fenomenal diccionario.
Se tiene que tener…. Para tragarse fenomenal librote, pero la intriga de saber como termina me hace seguir verano tras verano para luego pasarle el muerto a otro.
En fin, que hoy me iré al cine
lunes, 1 de octubre de 2012
¡¡¡ MAMMA MIA QUE VERANO !!!
Estar todos los días con esa peña de la Mesa Redonda, era
para mi me parecer como aquellas cosas de cuando eres un jovencito de la primera
infancia. Todos parecían como una banda de delincuentes “Los Matias Coll”,
listos he inteligentes que siempre estaban hablando de cosas que ni ellos “creo
yo” podían entenderlas. Lo mío para no meter la pata era escuchar y escuchar
con alguna que otra sonrisa.
Jugaban a todo aquel juego que alguno de ellos proponía,
póquer. parchís , bridge, dados ruleta, jeroglíficos, adivinanzas y aquellos
juegos de palabras y charadas en el momento menos esperado, que a mi
particularmente me desorientaban, y como
siempre hacia la sonrisa que tocaba.
El noventa por ciento
de ellos durante todo el tiempo interpretaban el papel que tocaba representar,
el otro diez por ciento pasaban de elegantemente hablando de todo un poco sin estar en el
fregado que se estaba organizando.
Durante el transcurso del verano jamás pude amoldarme
completamente a la Mesa Redonda, ni ella a mi. Era muy
complicado y al mismo tiempo muy simple.
Llegue a tener alucinaciones de no saber muy bien el ¿Quién soy yo?. En
ocasiones era frustante , y otras rematadamente estúpido estar ahí jugando o
charlando sin ton ni son en el
Gongoking.
Cuando uno se levantaba después de largas horas, era
físicamente imposible andar derecho, uno iba al bies .
Suerte tuve de Monique que me animaba con sus pedruscos, y me
dirigía con paso recto.
¡¡¡ QUE VERANO MAMMA MIA !!!
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Bigotes...(Matias Coll)
A los siguientes días de este pasado verano, en la planta
baja del Gongoking era donde fluían cantidad de conversaciones interesante, y normalmente
alrededor de una mesa redonda situada en
un rincón del comedor. Cuanto mas pasaban los días y todos se sentían ya
nostálgicos de los primeros días del verano y viendo llegar su fin, entonces ya
se fue llamando la Mesa Redonda, y a todos nosotros como los miembros de la
Mesa Redonda del Gongoking.
El Club Thanatopsis tenia, miembros oficiales pero la reunión
de la planta baja nunca los tuvo. Solo era como una gran colmena, con personas
que entraban y salían, comían, discutían, murmuraban, chistes, negocios y otras
chirigotas. Los temas de chicas estaban excluidos por la delicadeza de no
contar aventuras innecesarias a los oídos ajenos.
Matías Coll al que yo ya llamaba el bigotes, almorzaba todos
los días en el Gongoking . A través de el conocí a cuatro chicas
extraordinarias a las que estuve muy ligado todo el resto del verano.
Monique era la chica mas seria que he conocido en mi vida.
Yo pensé que me seria imposible abordarla. Un buen día averigüe que le gustaba
a Monique y su gran pasión no era ni escribir ni la literatura, sino las piedras.
Le explique como yo solía contemplar los pedruscos. Le
encanto, y desde aquel momento nos unió
una especial amistad, la compartimos durante días contemplando todas la piedras
y pedruscos posibles.
Dejando aparte mi pequeño lio con Monique, yo no tenia nada,
nada absolutamente, con que compartir a
la Mesa Redonda. Si embargo, fui aceptado inmediatamente como uno de los que
pertenecían a ella. En realidad, ellos no esperaban que yo hablara, solo tenia
el papel de un mudo loco. La razón
principal era que yo aportaba a la mesa otra clase de talento, el único
que les faltaba: la capacidad para sentarse y escuchar.
Sigo con Monique y sus pedruscos y también con la Mesa
Redonda
lunes, 17 de septiembre de 2012
Despues de un duro verano
Realmente ha sido un duro verano, viento a diestro y
siniestro, no paraba de soplar y eso me hizo tener siempre más apetito y así
distraer el cuerpo y la mente. El mediodía esta tranquilo de personal y me
encamine a dar un paseo…Ahí estaba un local que por su extraño nombre
(Gongoking ) no me auguraba ningún tipo de idea. No podía imaginármelo. Evidentemente no era el clásico
restaurante, pero si que se estaban dando comidas.
Entre y me senté en una mesa para observar el tema del local
y sus movimientos. Evidentemente no era un hotel para gentes de veraneo, no se
veía a nadie en pequeño salón jugando al domino o leyendo (El abuelo que se salió por la ventana ).
Tampoco olía a hotel
de viajantes de comercio hotelero, y le faltaba también todos aquellos perifollos
que caracterizan a una trampa para turistas. Pero pensé, de que seria la
tapadera del GONGOKING y es que no me lo
podía ni imaginar.
Cuando pregunte por la habitación de un turista que me
invente ( Jon Wollescot), el tipo del
mostrador me dirigió una mirada de guasa
<¡Oh! …pensé…, Ahora va a pedirme la contraseña>. Pero debió de
pensar que yo era un tipo cabal, y me dio el número de una suite del cuarto
piso.
Cuando llegue a la suite, me encontré mucho mejor. Había
nada menos que ocho individuos jugando a las cartas, la habitación llena de
humo, ceniceros con colillas, tazas de café, chaquetas por todas partes dejadas
de cualquier manera, corbatas y una montaña de fichas de póquer.
Supongo que el que seria a mi parecer “Wollescot”, dejo sus
cartas sobre la mesa y, de un salto, vino a cogerme del brazo.
Amigo te presento al Club Literario y de Reflexión
Thanatopsis…Thanatopsis pregunte.
¿Tanatopsis? ¿Qué es eso? ¿Una pandilla de revolucionarios
griegos? …pensé, que con eso de la crisis…vayamos a saber
Al final de la partida se me fueron presentando, y deduje
que eran los dueños de diferentes hoteles costeros escondidos de sus esposas
para hacer timbas de envergadura considerable.
Lo único que recuerdo de ellos es a uno que me presentaron como Matías Coll
con bigote en forma de cepillo de dientes y cara de sorpresa. Al final del verano para mi todos eran Matías
Coll…me importaba un bledo llamarles por otro nombre
Eso si, supere con éxito la iniciación e introducción al
club. Ahora ya era miembro del Club Literario y de Reflexión Thanatopsis. A menudo me pregunto si hubiera
llegado a serlo alguna vez de haber ganado al póquer aquella noche.
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