viernes, 29 de enero de 2010

Aqui las casas no estan bien preparadas para tanto frio





Nunca sabremos que pasa en las casas del planeta en estas épocas de fríos intensos. Yo se, por ejemplo, lo que lo que suele ocurrir en nuestra casa cuando el piso queda helado. Mi hermana, va, busca escoba, se equívoca, y se pone a toquetear su novio para irse calentando.

La chica de la limpieza también. La pobre es tan tierna e infantil, que se había enamorado de mi padre. Creo que se trataba de una devoción infantil, muy ingenua y al mismo tiempo muy cortes. Le pedía que se marchara con ella al Congo, donde su hermano tenía una manada de cabras y explotaba a los pequeños granjeros.

Para dignificar la memoria de mi padre, he de decir que ni por un momento tomo en serio la idea de fugarse—todos los días decía: Creo que es mejor que me quede aquí

Aquí hace frio, pero el calor también da caña


El Principio

The Secret by Ine Braat & Suely Hinds

miércoles, 27 de enero de 2010

Frio...Frio

Estamos en una época de frio glaciar, sin ir mas lejos hoy nevaba en Barcelona, solo duro veinte minutos, el tiempo suficiente para indicar que me prepararan los descansos que hoy haría un frio tremendo, y solo fue eso, veinte minutos, ni descansos ni puñetas

Mientras en el resto de España y de Europa se están congelando, aquí tenemos un sol radiante que anima a todos aquellos que tienen pareja (los aparejados), pero los que se encuentran en las zonas mas heladas, cuando llegan a sus casas encuentran a su mujer tan fría como un tempano, y claro, no se animan.

También ellas al regresar a sus casas encuentran a sus hombres heladísimos. La tarea de calentarlos resulta fastidiosa y no es en absoluto un incentivo para el amor.

Muchos hablan del amor sin haber tenido ningún contacto con el. Y es que el amor no lo puedes aprender en ningún libro, porque el amor brota cuando menos te lo esperas y entonces las primaveras verdean por todas partes

Yo, estoy muy helado, espero que estéis mas calientes que menda

martes, 26 de enero de 2010

Todo el sistema policial estaba frente de mí

Sigo en el hotel de Valladolid
Como era de esperar el octavo día el hotel ya no podía tener relaciones con gente que se afinca en una habitación sin saber nada del posible resultado final, deciden desplegar a toda la armada invencible de Valladolid a tomar decisiones conmigo.
En comisaria tome la iniciativa y tuve unas palabras de disculpas con el director del hotel y las también con las fuerzas del orden. Les volví a contar otra vez que mi socio me había dejado un par de veces anteriormente, estando más tiempo de lo que el pensaba… pero que no se preocupara porque Don Raúl siempre regresaba para liquidar sus deudas. Mi escasa explicación, no tuvo ningún efecto
Estos trapicheos no nos gustan –respondieron todos a coro –
Cuando llego un comisario que mandaba mas que el primer comisario, yo me puse el sombrero rápidamente para que no se notara mi estilo Troll, pelo rapado y con la oreja parcheada como un saqueador de hoteles.
El Súper Comisario, después de yo que repitiera mi larga historia una y otra vez, y cansado de tanta trifulca...que nunca llego a entender y menos aun el parche de mi oreja, decidió dejarme hacer una llamada a Barcelona
Llame a mis asesores y les pedí dinero para pagar el hotel y mi viaje de regreso.
Tres días después estaba en mi hogar. La Sociedad se había disuelto. Mi colección de tarjetas comerciales fueron a para a la basura.
Paso mucho tiempo antes de que lograra averiguar la verdad a cerca de Raúl, por que me había enredado y que hacia durante sus desapariciones.
Fue el padre de Raúl el que vino a anunciarme que ya no se hacia responsable de las deudas de su hijo. Y que si alguien podía hacerle llegar esa noticia nos lo agradecería. Desde mi renuncia creo que llegaron dos o tres denuncias más.
El tinglado de Raúl era el siguiente: Llevaba en su maleta muestras de pantalones y camisas…artículos elegantes y caros. Se los mostraba a los clientes y tomaba pedidos a precios ridículamente bajos. Los precios que marcaba eran irresistibles, por lo que no tenía dificultad en conseguir grandes pedidos y que le avanzaran importantes sumas al contado. Estas cantidades recibidas a cuenta eran los fajos de billetes que ostentaba cuando venia a rescatarme de las comisarias.
Por supuesto que ninguno de estos pedidos fue servido jamás. Esta era la razón de que Raúl tuviera que estar moviéndose, y moviéndose rápido
Mi papel en la ruta, sin que yo lo supiera, era el de servir de señuelo. En cuanto llegábamos a un hotel, mi ex socio se dedicaba a trabajar todos los pueblos pequeños de la zona, tomando pedidos y recibiendo dinero a cuenta. Cuando ya había saqueado bien el territorio, volvía a toda prisa, aullando a gritos para ponerme en libertad, y así si íbamos a otra población.
A sus futuros clientes les aseguraba que su socio, ósea yo, estaba en el hotel…Tal y Tal… preparando las entregas. Si lo deseaban, podían llamar al hotel para comprobarlo. Por suerte nunca llamo nadie para hacer indagaciones. Si alguno se lo hubiese olido, Raúl se habría largado con el pastel y yo hubiese recibido los golpes.
La única lección que aprendí fue simplemente esta: Nunca te fíes de un desconocido que anda ladeado.
Desde hoy solo contare cosas de quita y pon, para no cansar a los que…¡¡¡yo que se!!!

martes, 19 de enero de 2010

Paseando por el Hall del Hotel





Entre pasillos y mas pasillos tope y me quede observando el escaparate de la peluquería de señoras…Ahí es donde entraron mis maquiavélicas ideas ¡¡¡DECIDIDO!!!

Aburrido en la habitación del hotel decidí llamar a mis amigos Luis y Lola, recordareis que son mis abogados y asesores en todas mis andanzas

Le dije a Lola que iba a teñirme el pelo y así poder pasar mas desapercibido…¡¡Bueno, vale!!—me dijo – pero espera a que vuelvas a Barcelona, es un consejo, después de todas las peripecias que estas pasando, nosotros creemos que es lo mas prudente, tanto Luis como yo pensamos lo mismo

Sin hacer caso omiso a mis amigos salí a comprar tinte para el pelo. Aquella noche como Raúl empezaría una nueva de sus andanzas decidí tintarme para no ser reconocido cuando vayan ha empezar los líos
Con tan mala suerte, y aun no se por que razón, el pelo al secarse se quedo de un rosa encendido y muy electrificado, incluso no podía peinarme de lo áspero que estaba

Por la mañana para bajar al comedor a desayunar, me puse un gorra muy chula con una larga visera, y gafas super oscuras para que no se notara tanto el desastre de mi pelo.

Al llegar al salón, me paran, ¿el señor va solo o acompañado?...solo gracias—el metre me acompaño a una mesa y me sugirió que debía sacarme la gorra, ya que en el restaurante así lo exigía la dirección

Al sacarme la gafas y la gorra note como un pequeña son risa en el rechoncho metre, y al momento todas las mesas tenían las miradas puestas en mi

Al poco rato entre cruasán y cruasán vino uno tipo con Frac - - pensé - - “ya empieza el baile”, me pidió con mucha educación que me identificara, y que le indicara mi numero de habitación – entonces,--me dijo – Usted no se parece absolutamente en nada al señor del carnet de identidad, tendremos que llamar a la policía

Como no sabia cuantos días o semanas podía tardar en venir mi socio. Al estar frente al comisario le di todas las explicaciones posibles para no ser internado en una de sus mazmorras…de mi pelo le conté que era una prueba para mi nuevo luck en una obra de teatro que pensábamos realizar a dúo, mi socio y yo la próxima semana en Valladolid, y que al ser hoy domingo no podía deshacerme de color rosado de mis melenas

Me dejaron marchar con la condición de presentarme cada día en comisaria durante mi estancia en la ciudad, y avisar de mis movimientos al director del hotel, siempre que fuese a dar un paseo por los alrededores

Aquella noche decidí cortarme todo el pelo que sobre salía de la gorra, tome la navaja de afeitar y empecé a rebajar los pelos que asomaban por mi gorra, con tan mala suerte, que me corte el ovulo de la oreja derecha y que no paraba de sangrar, después de varios minutos, tuve que llamar a recepción para que me mandaran el medico del hotel a reparar mi oreja.

Me puso tal parche en la oreja que ni el podía dejar de reírse, perdón, perdón –me decía –

Por la mañana baje al Hall del hotel para esperar la posible llegada de Raúl, y como era norma del la dirección tuve que sacarme la gorra, apareció mi pelo mal cortado de un rosa radiante, y con el parche que me puso aquel Doctor House aun me hacia mas sospechoso para todo aquel que entraba al hall.

Por tanto, los recepcionistas me indicaron un sitio más al fondo del salón, y así estar como en la retaguardia…sin ser visto

Al cuarto día de esperar a Raúl, el resto de mi melena había desaparecido toda, salvo un cuadrado que seguía siendo de color rosa encendido… La zona del parche de mi oreja no la pude tocar, y por los alrededores salían mechones de pelo rosado, algunos de estos mechones tenia lustros de color azabache debido a la sangre que aun emanaba de mi oreja

Al quinto día aparecí por recepción con un sombrero calado hasta las orejas. Bajo el sombrero lleva la cabeza completamente afeitada, lisa como un huevo. Pero mi socio seguía sin aparecer.

Pregunte en recepción por si mi Raúl había dejado algún teléfono por alguna casualidad, pero nada de nada

La verdad es que la sociedad con Raúl no me hizo cambiar mucho. Pero si alguna cosa hizo fue desarrollar mi aorta y mis carótidas, tengo una especie de claque constante que no hay medico que me lo sepa remediar

Continuare...ahora tengo que pensar

sábado, 16 de enero de 2010

Siguiente semana de pinitos en los negocios de nuestra S.L.

Al noveno día sin noticias de Raúl y sin coche para desplazarme por los andurriales, y decidí darme una vuelta por los alrededores. Hacia un día esplendido de primavera entrando ya al verano, me tumbe sobre la hierba para ir aclarando ideas

Tan tranquilo estaba, que no podía ser verdad, a lo lejos vi que el dueño del hotel me hacia señales para que fuese hacia el…pensé que habría llegado Raúl con el fajo de billetes, y que ya estarían todos contentos…

Me acerque al mesonero y me dijo que tenia que confiscar mis pertenencias. Luego, cuando vio que mi maleta no contenía nada de más valor que un jersey de cuello redondo, una camisa y un par de calzoncillos, llamo al alguacil de la zona rural

A los veinte minutos estaba el alguacil pidiéndome el dinero de la factura, igualito y con los mismos modales que aquellos polis de Barcelona. Total que me pasaportó a la comisaria más próxima a Badajoz.

Me sentía humillado y descorazonado. Pero os tengo que decir que el lugar era considerablemente mejor que la comisaria de Barcelona donde había dormido la semana anterior. Mi nueva celda era limpísima y con un colchón súper blando, y yo era el único inquilino.

A la mañana siguiente me despertó un espantoso ruido en la oficina del inspector de zona. Luego identifique la voz que organizaba la mayor parte del alboroto. Era la de mi socio Raúl, que atronaba con su potente voz por el ultraje que habían cometido conmigo, y las maneras de tratar a su inocente socio.

Raúl saco un fajo de billetes y pago para sacarme de la cárcel. Era nuevamente libre. Esta vez si que le hice preguntas, pero Raúl no se digno a darme ninguna respuesta. Estaba aun muy enfadado con el dueño del hotel y con el inspector jefe, no paraba de refunfuñar y echar pestes de la escandalosa justicia local.

Tomamos otro tren destino Palencia. Raúl y yo nos registramos en el Hotel Castilla Vieja.

Descansa un buen rato aquí, Socio – dijo – Volveré mañana por la mañana

Y antes de que pudiera protestar se esfumo calle abajo y le perdí de vista, iba cargado con su baúl y todo el muy ladeado como si se cayera

Todo lo que me estaba ocurriendo ya me resultaba muy familiar. Lo tenía clarísimo que en Palencia tampoco lo pasaría muy bien.

Seguiré con nuestra estancia en Palencia el próximo día, no quiero agotar a los lectores con largas parrafadas

lunes, 11 de enero de 2010

Siguiendo el tema de mis pinitos en los negocios

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Los polis que llegaron instigados por el propietario del restaurante parecían los auténticos hombres del Frac. No sabían decir otra cosa que pedír dinero para pagar la cuenta, y yo seguía en mis trece, ¡¡¡no tengo dinero!!! Les decía a gritos…esperen que venga mi socio y lo arreglara.

Total, que me encierran en comisaria, y como no sabia en que pensar me dormi en el suelo del calabozo

Por la mañana, después de medirme y tomarme todos mis datos, me llevaron frente a un juez.

Durante el interrogatorio entro en la sala mi socio Raúl, como entro haciendo mucho ruido e increpado por la miseria que se le debía al restaurante, el juez tuvo que usar su martillo para frenar el alboroto y hacerle callar. Mi socio saco un fajo de billetes y pago al individuo del restaurante, y pude salir del juzgado.

Cuando Raúl me rescato de las garras del juez, me sentía tan agradecido que no osaba a preguntarle donde había estado mientras yo estaba todo el día entre el restaurante y la comisaria. Tenía mucha curiosidad por saber, pero ahora confiaba en mi socio más que nunca

Cuando llegamos a Badajoz tomamos un hotel en las afueras de la ciudad, podríamos decir un fonda venida a más en medio del campo, pero limpia y muy agradable.

Me dijo que aguardara en el hotel mientras resolvía unos asuntos urgentes en la vecindad, Y al posadero le dio órdenes: Dele a mi socio lo que le pida. Alquílele un coche para que pueda pasear por los alrededores si le apetece. Estaré de vuelta en uno o dos días, y pasaremos cuentas.

Pensé: si yo era socio a medias de aquella compañía que formamos ¿Por qué no le acompañaba en las gestiones del negocio? Pero yo seguía sin hacerle preguntas. Tenía coche para pasear, y podía descansar tanto como me diese la gana. Aquello era vida

Paso un día. Dos días. Me zampaba de aburrimiento mis tres comidas diarias, dedicándome a pasear por los alrededores en plan millonetis. La mujer del dueño del hotel me tomo un afecto maternal, lavo y plancho todas mis camisas y mi ropa interior. Yo mismo era un espectáculo paseando por el campo con mi coche. Había un salón de billares que incluso jugaban a cartas y al domino, pero yo tenia que contentarme con ser un mirón pues no tenia ni un céntimo en mis bolsillos.

Al tercer día no había aun señales de vida de mi socio y empecé a sentirme incomodo. Hacia el cuarto día la mujer del dueño ya no era tan maternal. Tuve que pedirle prestada su plancha y apañármelas yo mismo. Al quinto día, el dueño dejo de darme conversación, solo me preguntaba con cierta sospecha, que le había pasado Don Raúl. Trate de evitar encontrarme con el.

El encargado de alquilar los coches vino a cobrar y cuando le dije que no podía pagarle…porque mi socio se encargaba de todas las cuestiones financieras, tuvo un altercado con el dueño del hotel, que era el que había solicitado el coche para mí. El importe del alquiler del coche fue añadido a la factura del hotel

Transcurre una semana, y fueron los siete días más largos que jamás he vivido. El dueño me entrego la cuenta y dijo que le abonara hasta el último céntimo como fuera. Que a el no le tomaban el pelo unos estafadores de la ciudad. Y que no le impresionaban mis caprichosas ropas ni mis charlatanerías acerca de mi sociedad con Don Raúl.

Le explique que el Sr. Raúl, mi socio, algunas veces se demora un poquito en sus visitas, pero siempre regresa a saldar sus cuentas.

Próximo día os contare como siguió el tema, así no me alargo tanto en contar mis pinitos comerciales con Raúl

miércoles, 6 de enero de 2010

El Clima


Llego de la Molina cansado, fatigado, y mis pies están doloridos, no tengo ganas de nada, el invierno nos esta amenazando con mas heladas para mañana y uno no puede ni reconciliarse con el mundo…


En casa solo esta mi abuelo arrimado cerca de la chimenea, el resto ni se save donde estan, y es que este invierno nos tiene acojonados de miedo a todos, ahora este frio polar que se avecina será tremendo...

Esperemos que aquí en Barcelona sea más suave, pero taparos bien por si las moscas
Mañana contare alguna cosa...