lunes, 17 de septiembre de 2012

Despues de un duro verano




Realmente ha sido un duro verano, viento a diestro y siniestro, no paraba de soplar y eso me hizo tener siempre más apetito y así distraer el cuerpo y la mente. El mediodía esta tranquilo de personal y me encamine a dar un paseo…Ahí estaba un local que por su extraño nombre (Gongoking ) no me auguraba ningún tipo de idea. No podía  imaginármelo. Evidentemente no era el clásico restaurante, pero si que se estaban dando comidas.
Entre y me senté en una mesa para observar el tema del local y sus movimientos. Evidentemente no era un hotel para gentes de veraneo, no se veía a nadie en pequeño salón jugando al domino o leyendo  (El abuelo que se salió por la ventana ).
Tampoco olía  a hotel de viajantes de comercio hotelero, y le faltaba también todos aquellos perifollos que caracterizan a una trampa para turistas. Pero pensé, de que seria la tapadera del GONGOKING  y es que no me lo podía ni imaginar.
Cuando pregunte por la habitación de un turista que me invente ( Jon Wollescot),  el tipo del mostrador me dirigió una mirada de guasa  <¡Oh! …pensé…, Ahora va a pedirme la contraseña>. Pero debió de pensar que yo era un tipo cabal, y me dio el número de una suite del cuarto piso.
Cuando llegue a la suite, me encontré mucho mejor. Había nada menos que ocho individuos jugando a las cartas, la habitación llena de humo, ceniceros con colillas, tazas de café, chaquetas por todas partes dejadas de cualquier manera, corbatas y una montaña de fichas de póquer.
Supongo que el que seria a mi parecer “Wollescot”, dejo sus cartas sobre la mesa y, de un salto, vino a cogerme del brazo.
Amigo te presento al Club Literario y de Reflexión Thanatopsis…Thanatopsis pregunte.
¿Tanatopsis? ¿Qué es eso? ¿Una pandilla de revolucionarios griegos? …pensé, que con eso de la crisis…vayamos a saber
Al final de la partida se me fueron presentando, y deduje que eran los dueños de diferentes hoteles costeros escondidos de sus esposas para hacer timbas de envergadura considerable.
Lo único que recuerdo de ellos  es a uno que me presentaron como Matías Coll con bigote en forma de cepillo de dientes y cara de sorpresa. Al   final del verano para mi todos eran Matías Coll…me importaba un bledo llamarles por otro nombre
Eso si, supere con éxito la iniciación e introducción al club. Ahora ya era miembro del Club Literario y de Reflexión  Thanatopsis. A menudo me pregunto si hubiera llegado a serlo alguna vez de haber ganado al póquer  aquella noche.

5 comentarios:

María OG dijo...


Curiosa forma de ingresar a un club literario...Felicidades, aunque no sé por qué suena algo aburrido… Para mi reflexionar o pensar es algo que me gusta hacer solo por mi cuenta, las contaminaciones suelen uniformar las ideas, claro que yo soy de un mundo muy distinto al tuyo, por no decir de otro planeta, aunque me caes muy simpático, que conste :)
¡Saludos!

Towanda dijo...

Bueno, no sé lo que hubiera sucedido de haber ganado al poker, ahora a mí este club me inspira respeto. Cuidadín.

Un abrazo y hazme un huequito que me quedo.

Jo dijo...

nunca he sido muy buena jugando a las cartas....
+y siempre lo afirmo cuando estoy en medio de una contienda ajena o planeada...


casi siempre me contestan- " no creimos que tanto" jajaja

creo que yo no podria entrar a ese club
;)

Carmina dijo...

jejeej pensaba que no leias pero veo que al menos estas al tanto de las novedades literarias, lo digo por el abuelo conejito que salto por la ventana, que según dicen es un buen libro. Y lo de ese club literario me ha dejado muertita... ya nos irás contando,y supongo que no, que no hubieras ingresado de haber ganado al poquer esa noche.

Por cierto yo sigo en la playa, con poco tiempo para internete... saluditos wapeton

guímel dijo...

O tempo sempre eterniza.

Beijos meus