jueves, 25 de octubre de 2012

Libros...


Cuando abro las tapas de un libro y llego a cerrarlo estoy exhausto. Me digo a mi mismo que disfruto más de una buena cena para luego ver una buena película en pantuflas.
 Este pasado verano tenia el mismo libro de cada año, que ya lo estoy arrastrando desde hace cuatro años con el propósito de terminarlo y regalarlo al primero que me caiga mal, para que se amargue cuatro veranos leyendo fenomenal diccionario.
 Se tiene que tener…. Para tragarse fenomenal librote, pero la intriga de saber como termina me hace seguir verano tras verano para luego pasarle el muerto a otro.
 En fin, que hoy me iré al cine

lunes, 1 de octubre de 2012

¡¡¡ MAMMA MIA QUE VERANO !!!


Estar todos los días con esa peña de la Mesa Redonda, era para mi me parecer como aquellas  cosas  de cuando eres un jovencito de la primera infancia. Todos parecían como una banda de delincuentes “Los Matias Coll”, listos he inteligentes que siempre estaban hablando de cosas que ni ellos “creo yo” podían entenderlas. Lo mío para no meter la pata era escuchar y escuchar con alguna que otra sonrisa.

Jugaban a todo aquel juego que alguno de ellos proponía, póquer. parchís , bridge, dados ruleta, jeroglíficos, adivinanzas y aquellos juegos de palabras y charadas en el momento menos esperado, que a mi particularmente me desorientaban, y  como siempre  hacia la sonrisa que  tocaba.

El  noventa por ciento de ellos durante todo el tiempo interpretaban el papel que tocaba representar, el otro diez por ciento pasaban de elegantemente  hablando de todo un poco sin estar en el fregado que se estaba organizando.

Durante el transcurso del verano jamás pude amoldarme completamente  a la  Mesa Redonda, ni ella a mi. Era muy complicado y al mismo tiempo muy simple.

Llegue a tener alucinaciones de no  saber muy bien el ¿Quién soy yo?. En ocasiones era frustante , y otras rematadamente estúpido estar ahí jugando o charlando sin ton ni son  en el Gongoking.

Cuando uno se levantaba después de largas horas, era físicamente imposible andar derecho, uno iba al bies .
Suerte tuve de Monique que me animaba con sus pedruscos, y me dirigía con paso recto.

¡¡¡ QUE VERANO MAMMA  MIA !!!